Hay otras situaciones inadmisibles como es el hecho de que no haya seguridad ni en el puesto de trabajo ni en la continuidad de la empresa o negocio, porque el trabajo depende de la voluntad del empresario, pero todos juntos dependen de la rentabilidad de la empresa y esta del azar del mercado. 

La necesidad de que la empresa sea rentable y el afán de enriquecerse del empresario, obligan al trabajador a trabajar más rápido y a realizar más horas de trabajo de las establecidas, con los perjuicios y riesgos que ello conlleva para el trabajador como en las empresas de transporte o construcción.

Al estar organizado el mundo del trabajo por la riqueza de los ricos y poderosos empresarios (cuando ellos deciden invertir), un amplio sector de la población se queda sin trabajo porque ya están cubiertos todos los puestos de trabajo que el empresario necesita y por lo tanto no acogerá a más trabajadores porque no resulta rentable. El sector que queda excluido de la empresa privada, se las tiene que ingeniar con escasos subsidios o trabajos en “B”. El empresario no tiene la obligación de solucionar esta exclusión del trabajador. 

El trabajo es la actividad a la que dedicamos la mayor parte de nuestra vida y es la que nos permite obtener el salario con el que podremos cubrir nuestras necesidades. Es por ello que tiene que estar organizado de tal manera que sea lo más agradable posible y dedicándole el tiempo preciso, pero no tiene que estar sometido a intereses privados con explotación, servidumbre o esclavitud, convirtiéndolo en una pesadilla para muchos.

Hay algunas opiniones que dicen que es necesario que la producción y comercialización este organizada por ricos empresarios y pobres trabajadores para que pueda funcionar bien, porque si no fuera así, nadie quería trabajar en trabajos no tan agradables o menos remunerados. Esto es un intento de justificar el abuso se poder actual, porque organizar la actividad profesional ocupando cada cual el puesto de trabajo que sus méritos e inteligencia le otorgan y lo que la producción exige, es posible, basta con llevar un exhaustivo control de las empresas, los puestos de trabajo y de las cualidades y situaciones de cada trabajador.

Que una sociedad productiva y comercial este organizada por el sector privado o por acuerdos entre la administración y el empresario actual, tan sólo es una cuestión de voluntad. Pongamos por ejemplo la empresa pública “Renfe” española, ¿funciona esta? Mi conocimiento es que funciona perfectamente, ¿porqué todas las demás empresas con trabajadores no pueden funcionar de igual manera? Si el empresario dueño de la empresa pasa a ser empresario-gerente de una empresa con acuerdos con la administración ¿Es que no puede ser igualmente efectivo? Es pues una cuestión de voluntad, sin embargo, la población deja de estar sometida a la riqueza de los ricos. Es mucho lo que gana la población.

Tampoco hay que efectuar cambios organizativos que interfieran negativamente en la producción y calidad de lo que hoy se produce y comercializa, sino que tomando acuerdos con los actuales empresarios se logre, por una parte, que la empresa tenga un soporte y garantía por parte de la administración y por otra garantizar al trabajador su puesto de trabajo sin la actual explotación por parte del empresario.

La vida ya de por sí está llena de dificultades como para que encima tengas que vivirla siendo el subordinado de otro. El mundo civilizado debe dar este paso hacia una convivencia sin estos abusos de poder. 

El hecho de vivir en esta humillante sociedad se debe a que, si bien las personas tenemos una forma de ser amable y respetuosa con los demás, también tenemos una forma ser todo lo contrario, como es sentirnos orgullosos y superiores al someter a los demás bajo nuestras decisiones y nuestros intereses personales (criados, subordinados, trabajadores).

Trabajadores forzados producen algunos de los alimentos que comemos y la ropa que usamos y limpian algunos de los edificios en los que muchos de nosotros vivimos o trabajamos.